Qué son las drogas opiáceas

Las drogas opiáceas son aquellas drogas naturales o sintéticas que producen los efectos característicos de los opiáceos, es decir, estado de ensoñación, euforia, menor sensibilidad al dolor, estreñimiento y pupilas contraídas. A veces se emplea el término más genérico de ‘opioides’ para referirse a todas las drogas que se parecen a las sustancias que contiene la amapola, así como los opioides endógenos que actúan en el cerebro como neurotransmisores.

El opio corresponde a una preparación de la amapola obtenida en todo el mundo mediante procesos muy poco técnicos y con un uso intensivo de mano de obra. La forma más fácil de desarrollar un fármaco útil es empezar con compuestos naturales que tengan algún efecto particular, tal y como los farmacólogos han hecho con la amapola. Hay varios analgésicos opiáceos importantes que son producto o ligeras modificaciones de la vaina de las semillas de la amapola. La morfina es un potente opiáceo y se utiliza en forma inyectable o en pastillas para aliviar el dolor. La codeína es un opiáceo mucho menos potente, administrado en pastillas para dolores leves.

La heroína es la droga narcótica de la que más abusan los consumidores. Es una sustancia químicamente modificada de la morfina. El consumidor esnifa directamente el polvo o lo disuelve en una solución salina y se lo inyecta. Si bien la heroína es morfina ligeramente modificada, ¡qué ventaja ofrece respecto a ésta? En realidad, una vez que la heroína llega al cerebro, vuelve a convertirse en morfina. No obstante, la solubilidad mejorada en las grasas tiene una utilidad: que la heroína llegue más rápido al cerebro. La idea original era encontrar un fármaco que eliminara el dolor, pero que no creara tolerancia ni adicción. Este propósito no ha tenido éxito, ya que todos los fármacos analgésicos opiáceos que resultan eficaces también son adictivos. No obstante, en el intento se ha logrado encontrar drogas opiáceas que ofrecen una alternativa hecha por el hombre y que presentan características deseables para determinados usos clínicos.

Todas las sustancias opiáceas se relacionan con la misma molécula del cerebro, si bien lo hacen con diferentes grados de éxito. El uso clínico de estas drogas se determina en gran parte por esta característica.