
El síndrome de abstinencia de los opiáceos
Aunque la experiencia con drogas opiáceas parece atractiva, tiene su coste. Las drogas opiáceas estimulan simultáneamente todos los sistemas opioides y en consecuencia producen muchos efectos indeseables que acompañan a los efectos que sí queremos obtener. Uno de ellos son los ciclos de abstinencia que experimentan los toxicómanos. Quienes consumen drogas opiáceas durante un tiempo determinado (semanas), pueden desarrollar una fuerte dependencia y adicción y sufrir el síndrome de abstinencia cuando dejan de consumirlas. Muchos adictos a las drogas opiáceas consumen heroína u otros opiáceos varias veces al día. Con este patrón de consumo se crea tolerancia a muchas de sus acciones, pero al mismo tiempo se producen efectos diferentes de distintos tipos.
Parte dela tolerancia se debe a cambios químicos con respecto a la forma en que responden las células a las drogas opiáceas. La cadena normal de hechos en la adicción a la heroína se adapta a la presencia continua de droga, y la adaptación llega a ser tan profunda que las células funcionan normalmente incluso en presencia de la heroína. Otro aspecto de la tolerancia es una respuesta puramente condicionada. En estudios realizados con animales, los farmacólogos han descubierto que si se les administra una dosis diaria de heroína, cada vez toleran dosis más y más altas. Pero si se trasladan a un entorno que les es ajeno, la dosis que generalmente toleraban les mata.; de ahí que se piense que las respuestas condicionadas permiten a su cuerpo anticipar y contrarrestar los efectos de la droga. Es probable que este efecto condicionado sea extrapolable a los seres humanos. A menudo, muchos consumidores expertos en drogas opiáceas sufren sobredosis por consumirlas en un entorno que no les resulta familiar.
El síndrome de abstinencia de drogas opiáceas produce gran malestar pero no pone en peligro la vida, a diferencia del síndrome de abstinencia del alcohol.
Las primeras señales del síndrome de abstinencia son los ojos llorosos, el goteo por la nariz, los bostezos y la sudoración. Cuando una persona ha consumido drogas opiáceas en exceso, el síndrome de abstinencia es leve apenas deja de hacer efecto su última dosis. En la medida en que el síndrome persiste, el consumidor se siente inquieto e irritable y pierde apetito. En general, los síntomas son similares a los de la gripe. Cuando el síndrome de abstinencia llega a su pico más alto, el consumidor sufre diarrea, escalofríos, sudor, malestar generalizado, retortijones, dolores musculares y, en general, una creciente sensibilidad al dolor. Los bostezos y la dificultad para dormir se hacen gradualmente más intensos con el paso de los días. Los peores síntomas físicos remiten al cabo de unos días.
Si los síntomas de la gripe fueran lo único que se presenta cuando los drogadictos dejan de consumir heroína, tratarlos sería fácil. Desafortunadamente, hay otro síntoma más intangible pero quizás mucho más duradero. Es la disforia (la sensación de sentirse muy mal), la sensación inversa a la euforia producida por la droga. Se siente un deseo imperativo de consumir la droga tan fuerte, que llega a convertirse en el único pensamiento posible. El mono puede durar meses, mucho tiempo después de que hayan remitido los síntomas físicos.
La mayoría de los síntomas del síndrome de abstinencia son exactamente los opuestos a los efectos álgidos de la droga. Por ejemplo, las drogas opiáceas producen estreñimiento y la diarrea se presenta bajo el síndrome de abstinencia. El organismo del drogadicto se adapta para mantener cierto nivel de movilidad del tracto intestinal a pesar de la presencia de la droga opiácea que causa el estreñimiento. Al eliminar la droga, los procesos que la contrarrestaban para que las cosas siguieran su curso normal se encuentran súbitamente liberados.
Cuando una persona es adicta declarada, el deseo de evitar el síndrome de abstinencia le hace continuar con la adicción más que los efectos placenteros de la droga en sí Desde luego que en los inicios, cuando una persona da sus primeros pasos hacia la adicción, todavía no ha consumido la droga durante el tiempo suficiente para experimentar un síndrome agudo de abstinencia en caso de dejar de consumirla. Pero al cabo de varios meses o años, el síndrome de abstinencia es más fuerte y puede contribuir aún más al continuado consumo de la droga. Si se sabe que la droga solucionará el problema, entonces consumirla parece la solución más fácil.