
Factores de riesgo de la adicción al alcohol
Cualquier persona puede volverse dependiente del alcohol. La exposición continua al alcohol transforma el cerebro y se produce la dependencia. Aunque hay grandes diferencias en el riesgo a la dependencia del alcohol y a la adicción dependiendo de las personas, cualquiera que introduzca el suficiente alcohol en su cerebro durante bastante tiempo se volverá finalmente dependiente. Dejando de lado por un momento los factores de riesgo, las cifras muestran generalmente que las probabilidades de que un hombre se vuelva adicto al alcohol, aumentan significativamente si bebe más de tres o cuatro copas al día. En el caso de las mujeres adictas al alcohol el número de copas es aproximadamente de tres. Otro rasgo sistemático es que las personas que se vuelven adictas al alcohol afirman que beben para aliviar sus problemas sociales o emocionales. En otras palabras, si alguien bebe para auto-medicarse –para bloquear problemas emocionales o sociales- es particularmente vulnerable a la adicción. Pero la auto-medicación no puede ser la causa de toda la adicción al alcohol existente en el mundo, por lo que la pregunta sigue siendo: ¿Por qué algunas personas eligen beber lo suficiente como para volverse adictas?
Gran parte de las pruebas que muestran que el factor genético puede ser la causa de la dependencia del alcohol, provienen de estudios realizados en mellizos o en hijos de alcohólicos adoptados al nacer y criados por padres adoptivos no alcohólicos. Estudios como éstos permiten comenzar a separar las distintas influencias de la naturaleza y el entorno en el desarrollo de la adicción al alcohol. Por ahora, parece que la base del alcoholismo es genética en parte, si bien el factor genético no es el único causante de la enfermedad. El valor real de los estudios realizados sobre naturaleza frente a entorno es que han identificado ciertos rasgos o marcadores que se hallan en las familias y que predisponen a las personas a la dependencia del alcohol. Por lo tanto, ayudan a identificar a los individuos propensos a desarrollar propensos a desarrollar problemas alcohólicos. Si la persona sabe que corre más riesgo de lo normal de adquirir esta enfermedad, puede decidir si bebe o no con mayor conocimiento de causa. Es importante saber que estos estudios de familia no demuestran de manera concluyente la base genética del alcoholismo. Es muy probable que factores distintos a los biológicos también contribuyan al comportamiento del futuro bebedor. La educación dentro de una familia en la que se abusa del alcoho,l incrementa las probabilidades de que el hijo se vuelva dependiente del mismo.